Se inició en el mundo de la cerámica en el taller de su padre en Sabadell y perfeccionó su técnica en Mataró y en Thuir. Por motivos varios, estuvo residiendo en Coimbra (Portugal), importante centro de la industria cerámica, para trabajar después en Muel y Manises. En 1876 volvió a Sabadell, tras haber adquirido una larga experiencia que puso en práctica en el taller paterno y que le sirvió para ejercer como teórico. Participó en charlas literarias y políticas, convirtiéndose así en una figura activa también en el ámbito social y en el cultural. Muestra de esta actividad es su participación como cofundador de la Academia de Bellas Artes de Sabadell y la creación del primer Faianç Català en Sabadell en 1897. En 1901, junto con su sobrino Santiago Segura, estableció, en Barcelona, el segundo Faianç Català (Gran Via de les Corts Catalanes, 615; desaparecido), que fue clave en el movimiento novecentista. Fue un personaje fundamental en la evolución de la cerámica catalana por haber experimentado con nuevas técnicas y materiales y por haber contribuido a su difusión. Publicó Estudis de terrissa catalana (Estudios de cerámica catalana, 1925; Sabadell).