Estudió en la Escuela de Arquitectura de Barcelona con maestros como L. Domènech i Montaner y otros que habían iniciado estilos artísticos que apuntaban al Modernismo, y obtuvo el título de arquitecto en el año 1891. Gracias a su trayectoria profesional como arquitecto, pero también como historiador, se ha convertido en uno de los artistas más representativos del Modernismo.
Desde muy joven ya destacó por sus conocimientos sobre arquitectura románica con la publicación de artículos en la revista La Renaixença sobre arqueología y arquitectura catalana, un campo que más adelante lo llevó a escribir L'arquitectura romànica de Catalunya (La arquitecAHCAC tura Románica en Cataluña, 1909-1916), con la colaboración de A. Falguera y Josep Goday.
En 1892 ganó la plaza de arquitecto municipal de Mataró, ciudad en la que hizo algunas obras públicas, pero empezó a recibir encargos privados, como la construcción de la Casa Garí (1898; Camí de Sant Miquel del Cros, 9, Argentona).
El primer edificio que construyó en Barcelona es la Casa Martí (1895-1896; Montsió, 3 bis), de estilo neogótico, cuyos bajos albergaron la conocida taberna Els Quatre Gats. En 1896 A. Gallissà se encargó de la dirección de las obras en la que fue la primera colaboración entre ambos arquitectos. Este primer encargo vino seguido de muchos otros, como la Casa Amatller (1898-1900; paseo de Gràcia, 41), la Casa Macaya (1899-1901; paseo de Sant Joan, 108), la Antigua Fábrica Casaramona (1910-1913; Marquès de Comillas, 6-8; que desde 1998 acoge el espacio CaixaForum) y la considerada novecentista Casa Pich i Pon (1921; plaza de Catalunya, 9), por citar algunas. En todas ellas hay una clara influencia de la arquitectura gótica del norte de Europa, combinada con la aplicación de elementos de larga tradición popular catalana.
Aparte de la construcción de edificios, también participó en los proyectos decorativos de algunos establecimientos, como el café Torino (1902; paseo de Gràcia, 18; desaparecido), junto con A. Gaudí y P. Falqués, o en la farmacia Sastre i Marquès (1905; Hospital, 109; desaparecida), entre otros.
Su obra se extiende por otros lugares de Cataluña, como Lloret de Mar, Terrassa o Sant Sadurní d'Anoia, y por otras ciudades de España.
Su voluntad de modernizar el país lo llevó a implicarse en el mundo de la política catalana desde muy joven, primero como concejal del Ayuntamiento de Barcelona, después como diputado a Cortes y, finalmente, como presidente de la Mancomunidad de Cataluña (1917).
En 1942 fue nombrado presidente del Institut d'Estudis Catalans.